De Argentina a Serbia, y de ahí al mundo
- Alan Cruz
- Oct 25, 2017
- 8 min read
En octubre del 2016, la Selección Argentina de Counter Strike Global Offensive logró la mayor hazaña en la historia en los Esports argentinos. Dio la sorpresa y ante el mundo, en Belgrado, llegó a la final del Mundial. No se logró el título, pero aquel hecho fue la primera pieza de un juego de dominó, que sigue cayendo y consigo, hace crecer la escena en nuestro país: más periodistas, más equipos, más ligas, y tres escuadras compitiendo en el máximo nivel.

Una de las cosas a destacar en el deporte argentino es que, pese a que no contamos con el desarrollo, la infraestructura o con los proyectos necesarios para desafiar a los atletas o equipos de otros países, nuestros deportistas van a competir de igual a igual, y muchas veces terminan dando batalla y sorprendiendo a propios y a extraños. Pasa en las disciplinas individuales, en las que son por equipo, en las más tradicionales y también en las nuevas. Nuevas para nosotros, porque en otras regiones son algo más común. Es el caso de los Esports, que en gran parte del mundo son considerados un deporte, pero que por estos lados del mapamundi siguen siendo vistos sólo como videojuegos.
En Europa, Estados Unidos y en Asia mueven millones de dólares al año, y quienes lo practican ganan, en muchos casos, más que la mayoría de las estrellas de otros deportes. Acá, como en muchas otras cosas, estamos años atrasados, pero pese a eso, la cultura de los videojuegos nunca dejó de existir. Allá por la primera década del nuevo milenio, entre 2003 y 2010, cualquier gamer que se respetara pasaba horas en el ciber de su ciudad, y el juego más popular por aquella época era el Counter Strike, un FPS, de disparos que, por su dinamismo y versatilidad para jugar en equipo causó furor entre los jóvenes. Allí se crearon los primeros equipos y organizaciones multigaming, con el CS a la cabeza.
El Counter se convirtió, para los argentinos, en el fútbol de los Esports. Paralelamente, en Estados Unidos y en Europa, ya había torneos de suma importancia. En octubre del 2015 se disputó el primer Mundial de la historia: The World Championship. Pese a que Argentina se quedó en la puerta y no pudo clasificar, un año más tarde, en Belgrado, Serbia tendría revancha. Entró venciendo al poderoso Brasil en las eliminatorias, y pese a que en la primera fase quedó penúltimo, se abrió camino en los playoffs ante escuadras profesionales llegando a la final. Allí no pudo con Turquía, pero el mundo del CS se sorprendió al ver a cinco argentinos desconocidos (Jony Boy, NBL, Tutehen, Straka y Tomi) dándole batalla a los equipos más importantes del globo. Fue un hecho inédito para los Esports en nuestro país, y fue un boom para que las marcas, los equipos y los jugadores sigan apostando a esto.
Lo que sucedió en Serbia es considerado el mayor logro de los deportes electrónicos en la Argentina, y despertó el interés de miles de chicos que jugaban por hobbie, y aumentó el de los jugadores semiprofesionales, que decidieron apostar 100% por este Esport.
Estos cinco chicos demostraron que por estas latitudes también hay talento, pero era hora de demostrarlo en las grandes ligas. Así fue como nació Miami Flamingos, una multigaming representada completamente por jugadores latinoamericanos, que buscaba triunfar en Estados Unidos. Jony Boy y Tutehen se vistieron de rosa y se mudaron al sur de Florida. A ellos se les sumó otro argentino: Guishorro, el colombiano Sickly y el chileno Proxure. En pocos meses hubo una revolución en el Counter Strike de nuestro país. Se formaron nuevos equipos, hubo un mayor número de competidores, las ligas tomaron más trascendencia, incluso se crearon otras nuevas, y los medios comenzaron a darle una mayor importancia.
“Yo creo que antes de que lleguemos a la TWC, pocos sabían que en nuestro país había grandes jugadores y que, aunque no sea de forma profesional, también se competía. De hecho en el mismo Mundial, a la gente de otros países les interesaba saber cómo era la escena competitiva; nos hacían preguntas, querían saber cómo era el CSGO en Argentina. Obviamente con el correr de los días y tras lograr un segundo puesto, todo el mundo puso atención y empezaron a llegar ofertas de organizaciones de afuera, o nos enterábamos que gente nos estaba teniendo en cuenta para sus proyectos como equipo de Esport”, nos aseguró Matías Canale, mejor conocido como Tutehen, desde la gaming house en Estados Unidos.
“Claramente el hecho de llegar a la TWC y conseguir ese segundo puesto potenció al máximo el CSGO en Argentina y abrió muchas puertas para que hoy dos equipos con mayoría de jugadores argentinos se encuentren en Norte América jugando grandes ligas y viviendo como verdaderos profesionales de los que más nos gusta hacer”, concluyó.
Un punto importante a destacar es que se armó una base a nivel ligas y que otras se profesionalizaron. La creación de la Liga Amadora Argentina es un incentivo increíble para los equipos más amateurs. Además da cuatro pasajes a la Liga Principal, y ahí, ya estás a un paso de la Liga Pro de Brasil (la más importante de la región). La Liga TyC Sports trajo consigo otro torneo importante entre las multigamins de éste país, y el que se lleva todos los elogios es el torneo organizado por Temporada de Juegos, cuya fase final fue presencial. Los jugadores se sintieron muy cómodos, todo salió cómo se esperaba e incluso había una zona de práctica previo a las partidas. Todo esto ayuda a profesionalizar la escena.
Aquel logro tuvo un impulso no sólo a nivel deportivo. Las plataformas para visualizar los encuentros de Miami Flamingos y de las ligas locales crecieron en visitas, y comenzaron a transmitir muchas más partidas. Esto abrió las puertas a muchos casters (relatores en la jerga gamer) y comentaristas, que encontraron su profesión lejos de las canchas más tradicionales. Casi que podías encontrar un match por día en los streamings. Los medios son un pilar fundamental para cualquier disciplina porque, si no tienen difusión, no se comercializa, y si no se comercializa no hay plata de por medio. Con horas y horas en vivo, y miles de personas prendidas a la pantalla, cualquier marca se hace más visible, y son más las que comienzan a auspiciar a los equipos y a los medios.
Acá, la plataforma de transmisión por excelencia es Brekan Tv, que desde hace años se encarga de acercarle al público las partidas más destacadas con casteo incluido. La estrella detrás de la pantalla es Federico González, que con sus relatos emocionó a más de uno en la TWC. Él contó el crecimiento de esta disciplina desde su punto de vista laboral: “Se rompieron récords de audiencia y los medios de comunicación nacionales tomaron noción de que existía el Counter Strike: global Offensive. Aquel torneo devolvió el juego a un plano importante como para sumarlo a esa lista de los nuevos y resistidos ‘deportes electrónicos’. Los números de seguidores en directos pasaron de un máximo de mil en 2015, a 4.000 durante ese Mundial, y en 2017 está superando los 7.000 en instancias importantes. Eso muestra el crecimiento que se vive día a día. Los motores siguen encendidos, y el crecimiento también se aplica no sólo en materia de exigencias competitivas, sino también en la adecuación de una comunidad renovada y ferviente”.
Con los jugadores ya instalados en la gaming house de Miami, el equipo de los Flamingos tuvo que arrancar de abajo en la liga estadounidense; en las últimas divisiones. Sin embargo, el nivel de los jugadores les permitió avanzar con rapidez, siendo incluso invitados a subir de categoría. Llegaron a la liga Premier, la segunda división, y allí le hicieron frente a poderosos equipos. El buen rendimiento mostrado generó lo que muchos esperaban: una multigaming americana puso los ojos en ellos, y adquirió el equipo completo. Así, los cinco latinoamericanos, que durante los meses fueron sufriendo cambios y sumaron a Tomi, pasaron a ser parte de Gale Force. Esto dejó sin roster a la escuadra de rosa, que rápidamente se puso en busca de nuevos representantes, y otra vez buscó fuerte en Argentina.
Con el tiempo, el resto del nuevo team salió a la luz. Otto, Reversive, 1962 y los chilenos Linkz y Fireman conformaron el nuevo grupo que ya está en Miami compitiendo. En menos de un año dos escuadras con mayoría de argentinos llegaron a Estados Unidos.
1962, una de las estrellas del nuevo equipo, también nos dio su punto de vista: “El suceso de la TWC tuvo repercusión en Argentina, creo que el torneo hizo que los players/fans y hasta familiares empezaran a creer realmente que esto es algo serio, y no un simple juego que te sentás unas horas y ahí se termina. Ese creer llevó a jugadores a motivarse, a querer alcanzar esos objetivos, también hizo que las organizaciones y los managers tengan ganas de tener un equipo de CS:GO en su organización”.
Además de los jugadores y de los casters, otro sector muy importante apareció: la prensa. Se comenzó a desarrollar una rama dentro del periodismo deportivo, y los periodistas de los Esports crecieron. Dentro del ambiente, el más antiguo y de mayor experiencia es Kevin Aiello (Kevo Esports), y es palabra autorizada para retarar con sus palabras el cambio que significó la hazaña conseguida hace un año. “Lo que pasó revivió la escena nacional. Muchos jugadores retomaron y las marcas comenzaron a interiorizarse. Creció el público que quiere ver Esports. Eso me ayudó a ser un medio en el cual los jugadores pueden mostrarse. Lamentablemente en Argentina enfrentamos un prejuicio muy grande, en parte creado por nosotros, ya que nunca nos encargamos de incluir a ajenos a la pasión por un videojuego. Por eso, como comunicadores sociales tenemos la obligación de bajar a tierra ciertos conceptos para que todos puedan entenderlos”.
Al mismo tiempo, Isurus Gaming demostraba que es posible crecer en el ámbito local, y en los últimos meses dejó en claro que es el mejor equipo del país y de todo Sudamérica. Llegó a la final de la Liga TyC Sports, ganó el Major de Temporada de Juegos y se coronó en la Liga Pro (la más importante de la región), siendo el primer argentino en lograrlo. Además, por si fuera poco, ganó la clasificación de la World Ciber Arena y disputará un torneo en China ante los equipos más importantes del mundo. El proyecto es ambicioso y el objetivo es ser el tercer equipo argentino en tierras norteamericanas.
Alguien alguna vez nos impuso en la cabeza que sólo sirve salir primero, que del segundo nadie se acuerda, que si no volvés con la de oro colgada fuiste un fracaso y tenés que cambiar todo, porque si no ganaste hiciste mal las cosas. Esa creencia; esa suerte de mito se derrumbó hace un año, cuando cinco chicos lograron que suene el himno argentino, ese que pone la piel de gallina, ante miles de personas en un certamen en el que no debían estar, en un mundo al cual no pertenecían, porque no eran de Europa ni de Estados Unidos ni de Asia ni de Brasil. No debían pero estaban. Estaban porque se lo ganaron con mucho sacrifico; más que el que tuvieron que hacer los demás. Esos cinco chicos, con lo que lograron hicieron más por los Esports en Argentina que lo que muchos puedan imaginar, porque en Serbia le demostraron al mundo, y sobre todo a su país, que la pasión por esta disciplina no es distinta a la de los otros deportes, y por sobre todo, que sí se puede.
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